El presidente anunció el miércoles 26. que el vicepresidente Mike Pence liderará la estrategia para contener el coronavirus en EE.UU..  

Contradiciendo al Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y al Instituto Nacional de Salud (INS), Trump adelantó que usará los recursos que sean necesarios. “Aunque no serán muchos porque hemos mantenido la situación a raya” declaró. Respecto a la posibilidad de cerrar las fronteras a estadounidenses que provengan de países donde existen casos de contagiados por el coronavirus como Italia y Corea del Sur, el mandatario afirmó que “aún no es el momento”, pero no descartó que lleguen a eso según cómo evolucione el brote. “No vamos a escatimar en restricciones de viaje”, sostuvo.

Las autoridades sanitarias rechazaron lograr una vacuna contra el coronavirus en menos de un año, pero que el objetivo es crear un medicamento para la temporada que viene. 

El secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, aclaró que el grado de riesgo “puede cambiar rápido” y el número de casos y fatalidades “puede aumentar”. 

Las autoridades hicieron un llamamiento a prepararse en los colegios y las empresas sobre cómo cuidarse para evitar un contagio, como lavarse bien las manos y quedarse en casa ante algún síntoma de enfermedad.

Las acciones en la Bolsa de Valores estadounidense continúan sufriendo pérdidas en Wall Street debido a las preocupaciones por las consecuencias que puede arrastrar el brote. 

La Administración Trump ha solicitado al Congreso $2.500 millones en fondos de emergencia para combatir el virus.

Sin embargo, el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, anunció un plan para movilizar $7.500 millones en fondos de emergencia para enfrentar la crisis. 

La elección de Trump del vicepresidente Pence para supervisar la respuesta a la nueva amenaza de coronavirus, está trayendo un escrutinio renovado al desacertado manejo del ex gobernador Pence, de un brote de VIH en el sur de Indiana cuando era su gobernador.

Pence aceptó a regañadientes autorizar un programa de intercambio de agujas en el condado de Scott en marzo de 2015 después de que la epidemia centrada allí viera dispararse el número de personas infectadas con VIH, y casi 200 personas finalmente dieron positivo para el virus ese año. La implementación rápida de un programa de intercambio de agujas podría haber detenido esa escalada, pero los nuevos casos continuaron surgiendo sin uno.