El Papa Francisco autorizó a comulgar a una argentina, casada hace 19 años con un hombre divorciado.  La mujer recibió la llamada telefónica del Sumo Pontífice desde el Vaticano en respuesta a un correo electrónico que ella le envió el año pasado.

“A mí me dijeron que no podía comulgar y yo lo cumplí. En septiembre del año pasado le escribí un mail al Papa, porque es argentino y uno se toma estas confianzas de creer que te va a contestar y me respondió lunes 21”, contó Jacqueline Lisbona, de 47 años, en declaraciones a radio Del Plata.

El Papa llamó a la mujer a su casa para decirle “que podía volver a la Iglesia. Eso haré en algún momento. Me dijo que estaban tratando este tema” en el Vaticano, agregó Lisbona.

Lisbona vive en la ciudad de San Lorenzo, 300 km al norte de Buenos Aires, y dejó de ir a la Iglesia por sentirse “una católica de segunda”, según le contó al Papa en el correo.

Casada por civil con Julio, un hombre divorciado que en su primer enlace había contraído matrimonio por civil y por la Iglesia, Lisbona relató que hace una década que no podía tomar la comunión.

“Me dijeron que no podía comulgar. A lo mejor muchas personas comulgan sin confesarse porque no sienten que vivan en pecado. La verdad es que estas cosas son del siglo más que pasado”, advirtió.

El Papa suele involucrarse con lo que ocurre en su natal Argentina, como a principios de abril cuando dijo en un mensaje que “sentía las patadas en el alma”, al ver en los medios el linchamiento de un supuesto delincuente por parte de vecinos en la ciudad de Rosario.

“Me dolía todo, me dolía el cuerpo del pibe, me dolía el corazón de los que pateaban. Pensé que a ese chico lo hicimos nosotros, creció entre nosotros, se educó entre nosotros. ¿Qué cosa falló?”, preguntó Francisco.